 
		    Carlos Alcaraz Garfia nació en El Palmar el 5 de mayo de  2003. Es diestro, juega el revés a dos manos y mide 1,85. Se forjó en la escuela de la Real Sociedad Club de Campo de Murcia, dirigida por su  padre, Carlos Alcaraz González. Su primer entrenador fue Carlos Santos, con  quien permaneció hasta los trece años. En este ámbito contó también con la aportación de Kiko Navarro y el apoyo esporádico de Antonio  González Palencia. Pero el vertiginoso crecimiento tenístico de Carlitos exigía romper los límites regionales. A principios de 2018, Carlos Alcaraz Sr empezó la búsqueda de una salida. Ese verano, recién estrenados los 15 años, Carlos ingresó en la Equelite de Juan Carlos  Ferrero para ser entrenado por el ex número uno del mundo. 
		    En 2018, Carlitos se proclamaba campeón de Europa  S16 en Moscú y ganaba la Copa Davis Junior en Budapest, demostrando que la  categoría junior se le iba quedando pequeña. Meses antes, aún con 14 años, había  entrado en el ranking de los profesionales, haciendo cuartos en el Spain F5  Futures celebrado en el Murcia CT.
		    En febrero de 2020, con 16 años, Carlitos dio la gran sorpresa al  superar a Albert Ramos, nº 41 del ranking, en la 1r del ATP-500 de Río de  Janeiro. Fue su primera victoria en el cuadro final de un torneo del circuito  ATP. Poco después encadenaba los títulos Challenger de Trieste, Barcelona y Alicante,  recibiendo el premio de la ATP a la mejor “Irrupción del Año”. 
		    En 2021 ganó en Umagh su primer título ATP y logró al menos  una victoria en cada uno de los cuatro Grand Slam: 2r en Australia, 3r en  Roland Garros, 2r en Wimbledon y cuartos de final en el Open USA con victoria  sobre Tsitsipas, #3 del mundo. Para finalizar el año con el mejor de los broches, Carlitos ganó la Next Generation, máximo galardón alcanzable a su edad, sin perder un solo partido. 
		     2022 es el año de su consagración como el mejor jugador del momento. Gana el ATP-500 de Río, metiéndose en el top-20. Debuta en la Copa Davis frente a Rumanía, con victoria en el único partido que juega. Consigue el título del Masters-1000 de Miami, no ganado hasta entonces por ningún tenista español. Se adjudica los dos torneos más importantes celebrados en España: el Conde de Godó y el Masters de Madrid, superando a Nadal y a Djokovic. Para remate, se proclama campeón del US Open, de categoría Grand Slam y sube al número uno del ranking, puesto en el que termina la temporada. El prodigio está servido.